jueves, 27 de agosto de 2009

Y si de mariposas se trata...


En la consulta del Psiquiatra infantil, un niño con déficit atencional le cuenta al médico que sus pensamientos son como mariposas..."son lindos, pero se van volando", le dice. Tiempo después, luego de responder favorablemente al tratamiento farmacológico, el niño le explica que ahora él es capaz de "atrapar sus pensamientos con una red."

Esta anécdota, que aparece en el libro Delivered from Distraction de Ned Hallowell y John Ratey (2005), me parece maravillosa y elocuente, como también de un simbolismo muy poderoso. Esas bellas mariposas que se le escapan al niño hasta que logra "atraparlas", capturan a mi juicio la esencia de lo que hoy conocemos como déficit atencional. La dificultad para mantener la atención enfocada en una tarea -uno de los síntomas cardinales del síndrome- es fuente de desconcierto y frustración para quienes sobrellevan esta condición.

Encuentro genial que al niño se le haya ocurrido la metáfora (Se sabe, muchas veces el déficit atencional se asocia a una gran creatividad y a un estilo intuitivo de abordar los problemas). Hay que ver que la mariposa ha sido una imagen recurrente a la hora de representar la transitoriedad de los procesos y contenidos mentales. Por ejemplo, Homero relataba que en el momento de la muerte, la psiqué (o aliento vital) salía volando por la boca del difunto como una mariposa (que en griego también se escribe psiqué). De ahí la metáfora de una mariposa volando para aludir a la mente inquieta y de una mariposa en reposo para representar a la mente contemplativa.

Del mismo modo, en ciertas tradiciones orientales se ha utilizado esta analogía para representar el funcionamiento típico de la mente no entrenada en el arte y la disciplina de la meditación. Un ir y venir constante del flujo de pensamientos, recuerdos, imágenes y sensaciones que constituyen los contenidos de la conciencia segundo a segundo. Tal como una mariposa que revolotea de aquí para allá y jamás se queda demasiado tiempo en un lugar fijo.

Ahora bien, si consideramos las cualidades de la mente (o lo que en psicología se conoce como "estilo cognitivo") de las personas con déficit atencional, y las características propias de esta condición, tendríamos que imaginar una mariposa capaz -por lo menos- de teletransportarse. Una mariposa tan veloz, que ni ella misma sabe dónde va a ir a parar cuando se aburre de estar en una flor por mucho rato. Una mariposa tan aventurera como intrépida. Una mariposa de colores ciertamente distintos a los de las otras mariposas, y -cómo no- una mariposa que puede meterse en muchos problemas (si no se fija bien, al lado de la flor menos pensada puede estar esperándola alguno de sus muchos enemigos naturales, listo para engullirla al menor descuido).

Por suerte, al igual que nuestro pequeño amigo -que logra capturar a esas mariposas traviesas, y así sus pensamientos ya no se le escapan-, muchas personas (niños, adolescentes y adultos) pueden recibir ayuda eficaz gracias a los tratamientos que la investigación científica, médica y psicológica ha venido desarrollando desde que George Still publicara, en 1902, los primeros estudios acerca de esta misteriosa condición lamada déficit atencional.

martes, 18 de agosto de 2009

Cuestionario Hallowell y Ratey (parte III)

Preguntas acerca del hogar y la vida familiar

85. ¿Eres más una persona nocturna que un madrugador?

86. ¿Ofendes a menudo a las personas sin querer?

87. ¿Tu sentido del humor es tomado a veces como un insulto?

88. ¿Te has divorciado o separado alguna vez?

89. ¿Te pasa que a veces sabes para dónde va alguien antes de que esa persona llegue al punto?

90. ¿Se quejan los miembros de tu familia de que siempre los interrumpes?

91. ¿Eres mucho más energético que otras personas de tu edad?

92. ¿Estás preocupado, o lo has estado alguna vez, de que puedas estar bebiendo mucho alcohol?

93. ¿Fumas o has fumado alguna vez?

94. ¿Eres un espíritu indomable, una mente independiente?

95. Aún siendo un espíritu indomable, ¿te has encontrado trabajando para alguien o casado con alguien que quiere que acates las normas?

96. En el romance, ¿has cometido a menudo el error de pololear o incluso casarte con alguien que te menosprecia, denigra, reprende, y que trata de controlarte?

97. ¿Aprecian los demás lo bueno y valioso que hay en ti, más de lo que tú mismo lo haces?

98. ¿Te pasa que tu esposo(a) se lleva la mayor parte en lo que toca a la organización y planificación?

99. ¿Se resiente tu esposo(a) por lo mucho que tiene que poner de su parte para sacarte adelante?

100. ¿Te dice tu pareja frecuentemente lo mucho que te quiere, pero que va a tener que dejarte a menos que logres hacer bien las cosas?

101. ¿Ha declinado la calidad de tu vida sexual debido a los conflictos emocionales con tu esposo(a)?

102. ¿Te ha pasado que te cuesta mantener la atención enfocada al hacer el amor, aún si estás excitado e interesado?

103. ¿Encuentras que tienes un nivel más elevado de interés, impulso y curiosidad sexual que otras personas de tu edad?

104. ¿Estás pensando en muchas otras cosas en la trastienda de tu mente mientras respondes este cuestionario?

105. ¿Es lo que estás deseando hacer, luego de terminar con este cuestionario, algo diferente de lo que se supone que debes hacer después?

106. ¿Llevas contigo una carga de ira y frustración que sale a flote muy fácilmente o en los momentos menos indicados?

107. ¿Encuentras que te resulta mucho más fácil concentrarte después de haber hecho ejercicio físico?

108. ¿Te cuesta traducir tus pensamientos en palabras?

109. ¿Te dice tu esposo(a) que eres una persona con la que es difícil comunicarse?

110. ¿Eres disléxico o un lector muy lento?

111. ¿Gastas muchísimo tiempo navegando por internet, mandando y recibiendo e-mails, jugando juegos, y de otras maneras distrayéndote de lo que originalmente tenías que hacer en el computador?

112. ¿Te encantan los niños pero, al mismo tiempo, encuentras que te aburres al tratar de leerles algo o al jugar un juego de mesa con ellos?

113. ¿Sientes que tu vida podría ser muchísimo mejor si sólo pudieras realizar un cambio o un avance importante, pero no sabes cuál?

114. ¿Es tu idea de una cena perfecta llegar, tomar un trago, comer, y regresar a casa con la menor cháchara y demora posible?

115. ¿Sonríes a veces durante una conversación con la esperanza de que sea una contribución suficiente, ya que has perdido por completo la pista de lo que se estaba hablando?

116. ¿Encuentras difícil explicar las reglas de un juego, no porque no las sepas sino porque no soportas el laborioso proceso de describirlas paso a paso?

117. ¿Tienes sueños recurrentes en los que te sientes mortificado al descubrir que estás caminando desnudo en público?

118. No importando lo mucho que te esfuerces en ser puntual, ¿generalmente llegas atrasado a todas partes?

119. ¿Rezas para que tus hijos no tengan que pasar por todo lo que tú pasaste cuando niño, y lo por lo que estás pasando ahora?

120. ¿Te cuesta relajarte y permanecer conectado cuando haces el amor?

121. ¿Te cuesta relajarte y conectarte en general? Por ejemplo, si ves algo hermoso como una puesta de sol o una pintura, ¿tienes problemas para saborear el momento por más de unos pocos segundos antes de que sientas la necesidad de seguir andando, aún cuando te haya gustado la puesta de sol o la pintura?

122. ¿Te molesta excesivamente a veces (aunque no lo demuestres) si alguien te interrumpe cuando lees el diario o trabajas en tu computador, incluso si la interrupción tenía un motivo agradable?

123. ¿Si has llegado tan lejos en este cuestionario, estás sorprendido de haber podido poner atención por tan largo rato?

124. ¿Te encantan los sótanos y las buhardillas aún cuando los tuyos puedan estar desordenados?

125. Aunque no hables mucho acerca de ello, ¿piensas en las grandes incógnitas de la vida más de lo que te imaginas que lo hace el común de la gente?

126. ¿Te sientes secretamente avergonzado por lo desorganizado que eres?

127. Si bien las preguntas de este cuestionario son bastante diversas entre sí, ¿puedes intuir el hilo conductor que las conecta, aún cuando no puedas explicarlo con palabras y lógica?

128. Si leíste todas las preguntas hasta aquí y recorriste el camino completo hasta esta pregunta Nº 128, déjame preguntarte: ¿Hubo un momento en el cual te dijiste a ti mismo, "¡caramba!... ¿cómo sabe todo esto?... ¡ESTE SOY YO!"...?

Cuestionario Hallowell y Ratey (parte II)

Preguntas acerca del trabajo

63. ¿Recibes quejas de los demás diciéndote que si estuvieras más motivado o sólo te esforzaras un poco más, podrías prestar más atención?

64. ¿Te puedes concentrar extraordinariamente bien a veces, incluso "super-enfocarte"?

65. ¿Te frustra el no poder "súper-enfocarte" a voluntad?

66. ¿Te avergüenza el desorden de tu cartera, billetera, escritorio u oficina?

67. ¿Podrías haber sido un buen vendedor?

68. ¿Habrías sido un pésimo contador?

69. Aún cuando no te guste, ¿realizas tu mejor desempeño cuando tienes una fecha límite?

70. ¿Encuentras que puedes avanzar más en un proyecto en 20 minutos mientras esperas en el aeropuerto, que en seis horas en tu oficina?

71. ¿Te preguntas por qué tanta gente se rehusa a correr riesgos?

72. ¿Te fascinan los ambientes de alta estimulación como las salas de prensa, la sala de negociaciones de la bolsa de valores (o como te imaginas que es la sala de negociaciones), la sala de emergencias de un hospital, la corte o los juegos de fútbol?

73. ¿Te destacas en ciertas áreas pero no sabes cómo transformar dichas áreas en generadores de ingresos?

74. ¿Tienes una memoria agudísima en un momento determinado, para luego estar distraído y ausente?

75. ¿Tienes un millón de nuevas ideas pero te cuesta hacerlas realidad?

76. ¿Haces tu mejor trabajo cuando eres tu propio jefe?

77. Aún cuando puedas realizar tu mejor trabajo siendo tu propio jefe, ¿has experimentado la ventaja de tener un asistente que te ayude a recordar lo que tienes que hacer?

78. ¿Encuentras que te resulta más fácil concentrarte en medio de una crisis o una emergencia que cuando todo está tranquilo y calmado a tu alrededor?

79. Al asistir a una conferencia o presentación, ¿sientes que podrías prestar más atención si pudieras pararte y pasearte por la parte de atrás de la sala?

80. Aún cuando te diste cuenta en el minuto en que la viste (y te haya llamado la atención o te hayas reído ante mi descuido) ¿ya se te olvido que la pregunta 52 estaba en blanco?

81. ¿Prefieres trabajar de forma intensa, en períodos cortos, que durante intervalos prolongados?

82. ¿Eres un emprendedor por naturaleza?

83. ¿Te comentan los demás lo creativo y original que eres?

84. ¿Encuentras que estar en una reunión es casi un total desperdicio de tu tiempo, y una agonía, para más remate?


Siguiente: Preguntas acerca de la familia

lunes, 17 de agosto de 2009

Cuestionario de síntomas del déficit atencional adulto de Hallowell y Ratey


Además del ASRS V.1.1 (Adult ADHD Self-Report Scale), existen varios otros instrumentos de auto-exploración de los síntomas del déficit atencional. Los criterios detrás de las distintas escalas de puntuación y cuestionarios de autollenado, reflejan por lo general las premisas teóricas sobre las cuales los autores han buscado caracterizar al síndrome. Como las teorías que buscan explicar los síntomas del déficit atencional presentan algunas diferencias en cuanto a la importancia que le otorgan a determinados aspectos, los cuestionarios también varían en cuanto al tipo de preguntas y la clasificación de los resultados en función del grado de importancia asignado a las distintas categorías.

En su libro Delivered from Distraction (2005), Ned Hallowell y John Ratey, se han permitido incluir un cuestionario que refleja las características que ellos han encontrado con mayor frecuencia en sus pacientes a lo largo de los años. El cuestionario en sí no tiene validez estadística como instrumento de diagnóstico, cosa que ellos son los primeros en dejar muy en claro desde el principio. Sin embargo, según su opinión (y yo estoy de acuerdo) es una muy buena descripción que aporta a la comprensión de lo que significa el déficit atencional para quienes se ven afectados por esta condición.

Preguntas Generales


1. ¿Llegaste a este capítulo de inmediato, antes de haber leído cualquier otro capítulo del libro? (en el caso de este blog debería ser: clickeaste este post antes que ningún otro?)

2. ¿Sientes que tus logros son pequeños, aún cuando puedas haber avanzado bastante en la vida hasta ahora?

3. ¿Eres más generoso que la mayoría de la gente?

4. ¿Tienes más problemas que los demás en seguir el hilo cuando lo que estás haciendo es menos que apasionante?

5. ¿Tienes algunos reparos con respecto a tu forma de ser, pero también sientes que eres incapaz de cambiar?

6. ¿Podrías haber sido un buen inventor?

7. ¿Percibes patrones donde otros no los ven?

8. ¿Tiendes a resolver los problemas en forma intuitiva en vez de metódica o lógica?

9. ¿Te traen malos recuerdos las palabras metódico y lógico?

10. ¿Existen ciertas cualidades que sabes que posees y que te gustan pero que, al mismo tiempo, lamentas no poder mostrarlas siempre de una forma en que los demás también las aprecien?

11. ¿Eres más tenaz y persistente que el promedio de las personas?

12. ¿Eres más sentimental que los demás?

13. ¿Tienes un olfato inusualmente agudo y una gran sensibilidad al tacto?

14. Cuando estás sentado, ¿tamborileas frecuentemente con tus dedos en la mesa o balanceas una de tus piernas arriba y abajo usando la parte anterior de la planta del pie como punto de apoyo?

15. ¿Te encantan los crucigramas, acertijos y cuestionarios de auto-conocimiento?

16. ¿Te fascinan las bicicletas (aún cuando ya no andes en bicicleta)?

17. ¿Sientes que las cosas positivas que has logrado en la vida han sido por accidente, como por arte de magia, casi como si alguien mas las hubiera logrado por ti?

18. ¿Muestras una buena fachada, pero por dentro desearías encontrar una mejor forma de vivir la vida?

19. ¿Te vas por la tangente fácilmente?

20. Por el otro lado, ¿te molesta mucho cuando otras personas se van por las tangentes, y te gustaría que se apuren y vayan al grano rápido?

21. ¿Tomas mucho café u otras sustancias que contienen cafeína (bebidas cola, chocolate, te)?

22. ¿Tuviste muchas infecciones de oído cuando niño?

23. ¿Te gustan las situaciones de peligro y riesgo?

24. ¿Has perdido muchas oportunidades por dejar todo para después?

25. Aunque puedas ser tranquilo y reservado, ¿tu mente avanza a mil kilómetros por hora la mayor parte del tiempo?

26. ¿Eres más un niño en tu corazón de lo que son otros adultos de tu edad?

27. ¿A menudo logras realizar algo extremadamente bien y cuando lo terminas, no tienes idea de cómo lo hiciste?

28. ¿Te sientes deprimido luego de un gran evento o éxito, más que el común de la gente?

29. ¿Te sorprende totalmente que tantas personas no sean capaces de percibir las caretas de la gente falsa, ya que tú puedes ver a través de ellas en un segundo?

30. ¿Desprecias especialmente la hipocresía?

31. ¿Y admiras especialmente la honestidad?

32. ¿Te gustaría que la gente fura más honesta y menos políticamente correcta?

33. ¿Alguno de tus padres (o tus abuelos) bebían demasiado, sufrían de depresión o bipolaridad, tenían problemas con el juego o con la ley?

34. ¿Te pasa a menudo que sigues de largo en la carretera en vez de salir por la salida que debías?

35. ¿Te estás riendo entre dientes a medida que lees estas preguntas?

36. ¿Eres un polemista innato?

37. ¿Estuvieron tus años de educación (colegio, universidad, etc.) marcados por el bajo rendimiento?

38. ¿Eres más proclive a cometer errores por descuido que el común de la gente?

39. ¿Sientes a veces que si otras personas conocieran tu verdadero yo, te desaprobarían?

40. ¿Eras el payaso de la clase en la escuela?

41. ¿Tuviste problemas para terminar tu educación debido a la falta de organización o llegar tarde a clases?

42. ¿Te gusta la marihuana porque te ayuda a relajarte?

43. ¿Dices a menudo comentarios u observaciones que los demás consideran extraños o insólitos?

44. ¿Tienes muchos intereses y quisieras dedicar tiempo a más de los que puedes abarcar?

45. ¿Te comentan otras personas lo difícil que es lograr que te mantengas concentrado en lo que ellos te piden, aún cuando tú también quieres concentrarte en ello?

46. ¿Tiendes a manejar rápido?

47. ¿Sientes a menudo un impulso de abrazar a la persona con la que estás hablando, aún si apenas la conoces, por razones no sexuales?

48. ¿Te sentías un poco fuera de foco en el colegio, sin importar las notas que te sacabas o qué tan popular eras?

49. ¿Eres un soñador?

50. ¿Tienes un sentido del humor un tanto loco, macabro o de algún otro modo fuera de lo común?

51. ¿No sólo piensas fuera de los moldes tradicionales (outside the box), sino que además te cuesta mucho pensar dentro de los esquemas tradicionales?

52.

53. ¿Te pasa que tus pensamientos van tan rápido que a tu mente le cuesta seguirles el paso?

54. ¿Eras hiperactivo cuando niño?

55. ¿Encuentras que conducir a gran velocidad es una experiencia relajante?

56. ¿Te resulta más fácil perdonar que a la mayoría de la gente?

57. Por el otro lado, ¿te pones rápidamente en contra de quienes se aprovechan de los demás?

58. ¿Eres bueno para reirte?

59. Aunque puede que no lo hagas, ¿te gusta coquetear más que a la mayoría?

60. ¿Tienes un poco menos de coordinación motora que otras personas de tu edad?

61. ¿Te encanta cuando la vida avanza rápido?

62. ¿Desearías encajar socialmente, pero al mismo tiempo odias acatar normas?




viernes, 14 de agosto de 2009

Cuestionario Déficit Atencional adulto

Existen varias escalas de puntuación y cuestionarios de autollenado para la evaluación de los síntomas del déficit atencional en adultos. Si bien no hay un instrumento único que permita un diagnóstico certero (de hecho el diagnóstico requiere de una entrevista clínica en profundidad con un experto), las escalas y cuestionarios proveen de un primer acercamiento a la posibilidad de reunir los criterios diagnósticos para el síndrome.

El Adult ADHD Self-Report Scale Version 1.1 (ASRS v.1.1) es un cuestionario de 18 ítems que mide síntomas actuales de déficit atencional en población adulta, desarrollado por el grupo de trabajo de la Organización Mundial de la Salud conjuntamente con la versión de la Composite International Diagnostic Interview (CIDI).

El equipo de expertos, dirigidos por el Dr. Lenard Adler (NYU) y Ronald Kessler (Harvard), han diseñado un screener con las primeras seis preguntas del ASRS V.1.1. Este breve cuestionario incluye los criterios principales del DSM IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) de modo que al responder las preguntas, la persona puede detectar la presencia y gravedad de los síntomas del déficit atencional en su vida. De obtener un resultado positivo, entonces se recomienda buscar una evaluación profesional. (El screener no constituye un instrumento diagnóstico por sí solo; sin embargo, los estudios han mostrado que un 80% de quienes obtienen un resultado positivo, efectivamente reunen los criterios diagnósticos para el déficit atencional una vez que una evaluación completa ha sido realizada).

Si obtienes un resultado positivo, entonces definitivamente deberías tratar por todos los medios de realizar un proceso de diagnóstico formal con un especialista. Ahora bien, si obtienes un resultado negativo, no asumas que no tienes déficit atencional, ya que el test tiene una sensibilidad del 70%, lo que significa que sólo identificará el 70% de los casos de adultos con el síndrome en una muestra aleatoria.

click en la imagen para agrandarla




Más información aquí
(pag. del ASRS en español)

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jueves, 13 de agosto de 2009

Cascada rio abajo por los torrentes existenciales y moleculares de nuestra vida

Every day we're standing in a time capsule
Racing down a river from the past
Every day we're standing in a wind tunnel
Facing down the future coming fast
-Rush, Turn the Page



Ya lo dijo Heráclito: no nos bañamos dos veces en el mismo rio. Todo en la vida es un flujo constante de materia y energía. Desde que no eramos más que un puñado de células en el vientre de nuestra madre, hasta el día de nuestra muerte, e incluso después, la materia que nos da forma habrá de seguir transformándose hasta confundirse con lo inorgánico que nos rodea.

Pero en este proceso continuo de evolución hay un momento crucial, el momento en que cobramos conciencia plena de que existimos, de que estamos aquí, de que hemos sido "arrojados en este mundo", como decía Heidegger. En ese instante hace su aparición la memoria, y con ella nuestra historia autobiográfica. A partir de ese instante mágico, nuestro cerebro-mente empieza a dejar un registro palpable de lo que nos pasa y de lo que nos rodea. Todo lo anterior quedará reducido a una bruma imprecisa, vagas sensaciones y asociaciones sin nombre ni color. Pero a partir de ese momento, empezaremos a escribir nuestra historia. De ahí en adelante, recordaremos las experiencias, personas, emociones y situaciones, que habrán de dar forma a nuestro ser en el mundo.

Y sin embargo no somos capaces de recordar todo aquello por lo que hemos pasado, hay cosas que simplemente pasan por nuestro devenir, sin dejar huellas. Otras en cambio, jamás las olvidaremos, la magia envolvente del primer amor, la tristeza de una despedida, aquel amigo que nos ayudó a superar un trance difícil, la alegría inconmensurable del nacimiento de un hijo.

¿Qué hace que algunas cosas permanezcan en nuestra memoria y otras se desvanezcan como si nunca hubieran ocurrido?

Creo que Virginia Woolf, en "Sketch of the Past" (1953), ha formulado esta pregunta mejor que nadie:
"These scenes. . . why do they survive undamaged year after year unless they are made of something comparatively permanent?"

Y claro, la cita no es gratuita, ya que ha sido repetidamente recordada por muchos neurocientíficos que han hecho de la memoria su objeto de desvelo. Precisamente, a partir del trabajo del legendario Eric Kandel, que describió los mecanismos celulares y moleculares de la formación de nuevos recuerdos en sus elegantes experimentos con el caracol marino Aplysia Californica (trabajo que le valió el premio Nobel del año 2000), la visión oficial de las neurociencias aparentemente le ha dado la razón a la escritora. La memoria como una arquitectura neural conectando con mayor fuerza algunas neuronas con otras en determinados circuitos subyacentes al tipo de memoria en cuestión (episódica, emocional, procedural, etc.).

Según este modelo, la formación de nuevas memorias requiere de un aumento en la activación de un circuito específico, cuya conectividad funcional quedaría fortalecida a partir de la creación de nuevas sinapsis entre las neuronas que lo constituyen. En el caso de la Aplysia, Kandel y sus amigos mostraron que para que haya un aprendizaje y la memoria del evento en cuestión perdure, deben ocurrir ciertos cambios estructurales en las neuronas involucradas. La sensibilización (o aumento de la intensidad de la respuesta) del reflejo de retracción de las agallas del caracol depende de mecanismos de señalización intracelular conocidos en jerga de biología molecular como "cascada rio abajo". Se trata de una cadena secuencial de reacciones enzimáticas al interior de la neurona generadas a partir de una señal nerviosa que llega desde el exterior (sinapsis con otras neuronas), la que da el puntapié inicial a una serie señales internas y cambios metabólicos que -finalmente- activan ciertos genes en el núcleo de la célula, los que a su vez dan origen a nuevas proteínas que habrán de fortalecer la conectividad del circuito ya que son la materia prima para construir nuevas sinapsis.



Mecanismos de sensibilización a corto y largo plazo en Aplysia.

Sensibilización a corto plazo: El shock en la cola activa una vía serotoninérgica que hace contacto en el terminal presináptico de la neurona sensorial. Como el receptor de serotonina esta acopado a una proteína G, su estimulación promueve, a través de la enzima adenilato ciclasa, la formación de AMP cíclico, el que a su vez activa a las proteínas kinasas dependientes del AMP cíclico (proteínas kinasas A) uniéndose a las sub-unidades reguladoras y liberando las sub-unidades catalíticas. De este modo, las proteínas kinasas A pueden fosforilar los canales de potasio, cerrándolos temporalmente, lo que prolonga el potencial de acción y aumenta el flujo de calcio al interior de la célula. La consecuencia es un incremento en la liberación de glutamato, lo que explica la respuesta aumentada de la neurona motora (que controla el reflejo de retracción de las agallas).
Sensibilización a largo plazo:
al aumentar el número de estímulos, se genera una mayor concentración de AMP cíclico, lo que hace que las proteínas kinasas A viajen hasta el núcleo de la célula. En el camino, reclutan a las kinasas MAP (mitogen activated protein), que también penetran en el núcleo. Una vez allí, las proteínas kinasas activan una proteína reguladora llamada CREB (cyclic AMP response element binding protein), la cual se une a un promotor que activa la expresión génica de la célula, dando origen a nuevas proteínas que habrán de servir de ladrillos moleculares para los cambios estructurales que subyacen a la memoria a largo plazo. De esta suerte, la cascada molecular intracelular, generada a partir de eventos ambientales de importancia para la supervivencia del organismo, penetra hasta el lugar más recóndito -el núcleo- de las neuronas que participan en el circuito que procesa dicha información ambiental. El resultado final es un cambio estructural (mayor número de conexiones sinápticas) que reforzará la conectividad funcional del circuito, dando lugar a una memoria permanente de los eventos que generaron la activación del circuito para empezar.

Más tarde, se corroboró que en muchas otras especies (mamíferos incluidos) los mecanismos moleculares de formación de memoria a largo plazo son bastante similares a los descritos por Kandel (casi puedo imaginar a Darwin, sonriendo complacido al escuchar esto, a propósito de la conservación de sistemas biológicos eficaces a través de distintas especies). En el cerebro de los mamíferos, la formación de memoria a largo plazo depende de un fenómeno llamado LTP (long term potentiation) que tiene lugar en el hipocampo (estructura clave para la memoria declarativa). En el LTP, se produce un aumento de la entrada de calcio a la neurona post-sináptica gracias a la participación de los receptores NMDA de glutamato (uno de los principales neurotransmisores excitatorios del sistema nervioso central). Este torrente de calcio que entra a la célula, da inicio a una cascada de señales intracelulares que tiene como resultado final una activación de los genes que codificarán nuevas proteínas para fortalecer la unión sináptica entre las neuronas involucradas en la generación del LTP (ciertamente un mecanismo bastante similar al descrito por Kandel en la Aplysia).

Hasta ahí todo bien, en los círculos científicos se aceptaba entonces que una vez que un recuerdo pasaba a la memoria a largo plazo (consolidación), éste permanecería inalterado, sin daño, pues estaba hecho de un material (léase: nuevas sinapsis) comparativamente permanente, como sugería Virginia Woolf.

La palabra clave aquí es permanente...¿Es realmente la memoria a largo plazo algo permanente e inalterado como los estudios neurobiológicos parecían señalar?

Pues bien, hoy sabemos que no es así. La memoria a largo plazo no es inalterable, sino más bien lábil y modificable. Cada vez que recordamos algo, en ausencia del estímulo original, estamos reescribiendo sutilmente la historia que recordamos, alterándola sin siquiera darnos cuenta. Karim Nader, de la universidad de McGill quien realizó este increíble descubrimiento, publicó un famoso paper el año 2000 acerca del fenómeno que llamó "reconsolidación". A partir de ese momento, surgió una profunda revolución en la forma en que entendemos la memoria, pues muchos laboratorios se abocaron al estudio de la reconsolidación, replicando los hallazgos de Nader en diversas especies y distintos sistemas de memoria (emocional, espacial, etc.).

Por ejemplo, se ha visto que la reconsolidación depende de la síntesis de nuevas proteínas, que son reclutadas a partir del recuerdo de la experiencia original. Algo así como una actualización de la memoria original, que permite en forma dinámica, la incorporación de nuevos elementos. Del mismo modo, la desestabilización (o debilitamiento) de la memoria depende de que ciertas proteínas involucradas sean "desarmadas" por medio de la manipulación experimental.

Así, los descubrimientos de Nader sugieren que cada vez que recordamos algo, al recuperar esa memoria, ésta se vuelve vulnerable y pasa por un estado en el que puede ser cambiada, fortalecida o debilitada.

Ya había sido mostrado por Elizabeth Loftus, psicóloga de la Universidad de Washington, lo fácil que es implantar recuerdos falsos en la memoria. Otros investigadores en ciencias cognitivas también encontraron fenómenos que cuestionaban la visión de la memoria como una recapitulación exacta del pasado neuralmente codificada. En lugar de ser una imagen fiel del pasado, los psicólogos han propuesto que la memoria es más bien como un collage cambiante, una narrativa recreada a partir de retazos y vuelta a construir de nuevo cada vez que es recordada.

En suma, además de las posibilidades terapéuticas que la reconsolidación de la memoria ofrece (ya se han realizado estudios muy promisorios con estrés post-traumático, por ejemplo), lo que a mí me conmueve realmente es la naturaleza transitoria de nuestra experiencia vital. Vuelvo a la canción Turn the Page de Rush, cada día estamos viajando en una cápsula del tiempo, navegando por el rio desde el pasado, parados en un túnel de viento, de cara al futuro que se avecina rápido...

Claro, la realidad material, biológica, que da cuerpo a nuestra psique (con todo lo que ello implica), los billones de neuronas que pueblan nuestra masa encefálica, con sus trillones de conexiones sinápticas, en constante actividad, en constante cambio, fluyendo con nuestro devenir en esta realidad, sólo nos permite un pequeño margen de certidumbre. La certeza de estar vivos aquí y ahora, en este momento fugaz que se desliza suavemente, que no es posible capturarlo, y que constantemente se nos pasa por el lado sin percatarnos. Sumidos como estamos en preocupaciones y anticipaciones de lo que vendrá, y también en los recuerdos con que reescribimos nuestra historia cada vez que los actualizamos en nuestra memoria. .

"Has it ever struck you. . . that life is all memory, except for the one present moment that goes by you so quickly you hardly catch it going? It's really all memory . . . except for each passing moment."
---Tennessee Williams, "The Milk Train Doesn't Stop Here Anymore"






viernes, 7 de agosto de 2009

Cocinando con déficit atencional

En este video del popular programa del Dr. Phil, Ned Hallowell (experto en déficit atencional) analiza los síntomas de este señor al tratar de preparar unos tallarines con salsa para su esposa.

Al verse enfrentado a la necesidad de organizar la tarea, se aprecia uno de los síntomas clásicos del déficit atencional: el esposo se siente abrumado por lo que el percibe como una tarea compleja y difícil. Luego, una vez iniciada la misión, nuestro héroe se ve claramente impaciente: "el agua se va a demorar una eternidad en hervir". Esta reacción adversa frente a tener que esperar se conoce como "aversión frente a la demora" y es típica del síndrome. En seguida, su esposa le ayuda sugiriéndole que prepare la salsa mientras tanto; este tipo de ayuda es extremadamente útil para quienes tienen déficit atencional, y es lo que el coaching intenta ofrecer: estructura externa, que ayude al paciente a seguir enfocado en la tarea hasta completarla. El apoyo de su esposa es alentador y no crítico, otro aspecto de gran importancia a considerar. Después él se olvida del queso parmesano y debe regresar a buscarlo para finalmente disfrutar de la cena con su esposa. Este es un signo claro de un pequeño desliz de la memoria de trabajo, que muchas veces se ve comprometida en el síndrome.

Es importante tener en cuenta que estos problemas con la organización, la planificación y la capacidad de llevar a cabo conductas complejas, no son exclusivos del déficit atencional. A todos nos puede pasar en muchas ocasiones que se nos olvide algo o que nuestra atención se disperse. Sin embargo, en quienes satisfacen los criterios diagnósticos para el déficit atencional adulto, la frecuencia con que ocurren estas dificultades es mucho mayor y el grado de disrupción, tanto en el trabajo como en el hogar, es mucho más serio.

Ver video

miércoles, 5 de agosto de 2009

"¡Líbranos de la Distracción!"


Luego de haber leído la mayor parte de los libros que encargué por Amazon acerca de déficit atencional, tengo que decir que Driven to Distraction y Delivered from Distraction, de Ned Hallowell y John Ratey, son lejos los más entretenidos de todos. Mi selección de libros fue bastante heterogénea: manuales clínicos para psicólogos, introducciones de difusión general, e incluso libros de auto-ayuda (en modalidad de self-coaching). La idea era tener una visión generalizada de lo que se ha venido publicando en Estados Unidos hasta la fecha y, principalmente, revisar minuciosamente los modelos terapéuticos propuestos por quienes van a la vanguardia en el desarrollo de tratamientos efectivos.

Así, en un principio, me aboqué a leer los libros más técnicos, especialmente dirigidos a profesionales de la salud mental. Muy interesantes y bien fundamentados en evidencias empíricas, nada librado al azar ni basado en opiniones. Luego, leí algunos de los libros de auto-ayuda (probé algunas de las sugerencias ofrecidas con resultados dispares), acá hay mucho más espacio para la creatividad de los autores, quienes basándose en experiencias personales o de sus clientes, ofrecen una amplia gama de sugerencias para afrontar las problemáticas asociadas al déficit atencional.

Los libros de Hallowell y Ratey están en un terreno intermedio, con un pie en el -siempre creciente- cuerpo de conocimientos científicos acerca de esta condición y con el otro en la vasta experiencia clínica de ambos autores, que se han atrevido a intentar algunos de los métodos que aún no han logrado el estatus de validación empírica. Además aportan viñetas clínicas a través de casos de distinta complejidad, que ilustran maravillosamente la gran variabilidad en las distintas manifestaciones del déficit atencional a lo largo del ciclo vital.

Driven to Distraction fue publicado en 1995, cuando el síndrome era todavía bastante desconocido. Se transformó en un súper ventas (más de un millón de copias vendidas), poniendo al déficit atencional en la palestra y logrando una tremenda difusión y reconocimiento por parte de los medios y del público. Una vez que lo empecé a leer no lo pude soltar. El estilo de Ned Hallowell es cercano, directo, descriptivo y -por sobre todo- entretenido. Ambos autores son médicos psiquiatras y los dos fueron diagnosticados con déficit atencional siendo adultos, por ello han dedicado gran parte de sus carreras profesionales al estudio de este síndrome y al tratamiento de quienes se ven afectados por él. Claramente estamos frente a voces autorizadas en la materia.

En Delivered from Distraction (2005), ofrecen un update con todos los nuevos avances en diagnóstico, tratamiento y comprensión general del síndrome. Pero lo que más me gustó es su convincente propuesta de un enfoque basado en las fortalezas a la hora de diagnosticar y tratar. En la introducción, Ned Hallowell nos recuerda que en el modelo médico tradicional -de énfasis en la patología- se busca "lo que está mal" en el paciente. En el caso de la mayor parte de los órganos, este método es muy adecuado. "Al hígado no le importa que le digamos que está enfermo, pero a la mente sí". Cuando los profesionales de la salud mental le decimos a un paciente que tiene un trastorno, en ese preciso momento estamos creando un trastorno. Y la consecuencia es que esa persona empieza a verse a sí misma en términos negativos. Por eso, los autores plantean que lo primero debe ser buscar lo que está bien y sano en el paciente, para luego pasar a buscar qué es lo que no está funcionando tan bien. Primero buscar las fortalezas y los talentos para después ver qué es lo que falta para vivir mejor.

domingo, 2 de agosto de 2009

Desde el Adiestramiento Canino a la Psicología y las Neurociencias.



Muchas veces me preguntan cómo es que un adiestrador de perros deviene en psicólogo clínico y adepto a las neurociencias. Supongo que la pregunta es válida, ya que no conozco a otros que hayan recorrido un camino similar.

Cuando mi único norte en la vida era dedicarme al trabajo con perros, como criador y adiestrador profesional, me obsesioné con aprender todo lo posible acerca de... aprendizaje. Así me volví un asiduo lector de todo lo que llegara a mis manos relacionado con adiestramiento, etología, modificación conductual, psicología del aprendizaje, etc. A medida que pasaron los años y pude aplicar lo que aprendía en el trabajo concreto, día a día, con mis clientes y sus perros, fui comprobando la solidez de la teoría y su aplicabilidad práctica en todo tipo de situaciones que requerían de intervenciones oportunas en el manejo de problemas conductuales, por ejemplo.

Más tarde, cuando conocí a la que llegaría a ser mi esposa (psicóloga también), me encontré con que en sus libros de psicología aparecían citados varios autores con los cuales yo ya estaba familiarizado. Más aún, me llevé la sorpresa de que ni ella ni otros psicólogos estaban demasiado "enchufados" con esas teorías, sino que sólo las conocían superficialmente. Incluso algunos las consideraban "pasadas de moda", sin aplicación en la psicología actual. Este descubrimiento fue un aliciente poderoso para emprender la aventura de formarme académicamente.

Un momento clave para mí de este camino fue un seminario al que asistí con mi amigo Christian Wilson (Yito), cuando cursaba el segundo año de Psicología. El seminario organizado por la Universidad de los Andes se llamaba: La Conciencia, la última frontera. Desde las Neurociencias hasta la Filosofía. Exponían varios investigadores, provenientes de distintos países y disciplinas, cada uno de ellos aportando una pincelada a un cuadro representativo del state of the art en lo que se refiere a los avances en la comprensión de la conciencia, sagrado grial de las ciencias humanas.

Recuerdo vívidamente la presentación de Gregory Quirk, destacado investigador de la neurobiología del miedo (y ex colaborador de Joseph LeDoux). Cuando describía su línea de investigación y mostró algunos de los paradigmas experimentales basados en condicionamiento clásico del miedo, fue como si de pronto todo desapareciera de mi alrededor y mi atención hubiera sido absorbida por un vortex de energía incandescente. Ahí estaba un neurocientífico de reconocida trayectoria y renombre, en un simposio académico envuelto en un aura de solemnidad y altura intelectual, acudiendo a mi viejo amigo Pavlov para su trabajo de investigación. Sí, a Pavlov, el mismo que yo les mencionaba a mis clientes cada vez que les enseñaba como funcionaba el entrenamiento con clicker.

Ahí por primera vez pude contemplar los mecanismos celulares y neurobiológicos a la base de los procesos de aprendizaje, tan familiares para mí debido a mi trabajo como adiestrador de perros. Ese momento fue un turning point en mi carrera. Aun cuando no pude seguir todos los pormenores de los hallazgos de Greg Quirk (aún me faltaba mucho por adentrarme en el sorprendente mundo de la neurobiología del aprendizaje), me mantuve en un estado de trance hipnótico siguiendo su presentación. Luego, en el descanso, hablé con él y le dije lo fascinante que me había parecido su exposición, a lo cual él respondió que se había fijado en lo absorto que yo estaba durante ella. Entonces le conté de mi experiencia práctica con el condicionamiento clásico en el adiestramiento de perros y como me parecía que su investigación tenía directa relevancia para mi trabajo. Él se mostró sorprendido y me contó que en su laboratorio, una de las investigadoras también provenía del mundo del adiestramiento canino...¡vaya coincidencia! ¿Cuál era el nexo misterioso entre ambas disciplinas, aparentemente tan disímiles?

Otra presentación que recuerdo capturó mi interés fue la de Francisco Aboitiz, de la Universidad Católica, acerca de los procesos neuro-cognitivos en el déficit atencional (No tenía forma de adivinar que terminaría mi formación de pregrado con una tesis acerca del déficit atencional en adultos, y que después me especializaría en intervenciones psicoterapéuticas para niños y adultos con este síndrome).

Finalmente, el Dr. Rodrigo Paz, presentó una investigación acerca del rol que cumple el cerebelo en la percepción de los actos generados por uno mismo v/s aquellos generados por un agente externo. No recuerdo con exactitud la hipótesis planteada por el Dr. Paz, pero lo que sí recuerdo es su contagioso y desbordante entusiasmo a medida que nos invitaba a un recorrido por los intrincados circuitos cerebrales involucrados. Su exposición empezaba con una alusión a la conservación de ciertos mecanismos biológicos a lo largo de la evolución de las especies. La lámina en cuestión mostraba un círculo compuesto por distintas especies, desde las más simples hasta las más complejas, partiendo por el caracol marino aplysia californica y terminando en el ser humano (nada menos que Eric Kandel). Luego, una detallada descripción de los circuitos GABAérgicos y neuronas piramidales del cerebelo.

Demasiado entretenido. Ahí supe que las neurociencias servirían de eje conductor para mis estudios de psicología.

Y así, un tenue batir de alas se hizo escuchar en los confines de mi conciencia, dando inicio a una aventura de descubrimientos y asombro. Una aventura que siento que recién está comenzando porque, aún cuando ya he alcanzado la meta de transformarme en psicólogo (todavía trabajo con perritos también), tengo una amplia gama de proyectos y planes que me mantienen tan entusiasmado como al principio.

Como dice Neil Peart (Rush) en Prime Mover: "The point of the journey is not to arrive"...
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