sábado, 5 de septiembre de 2009

El tiempo transcurre más lento para quienes tienen déficit atencional


“What to most of us seems like a short stretch of time would drag unbearably for someone with ADHD”
-- Katya Rubia


La hiperactividad e impulsividad que se observa en los niños con déficit atencional, pueden en realidad ser el resultado del esfuerzo de estos niños por adecuarse a una falla en su procesamiento del tiempo. Según la destacada investigadora Katya Rubia, un lapso de tiempo que para la mayor parte de las personas sería considerado breve, para estos niños puede alargarse en forma insoportable.

Rubia y sus colegas han publicado recientemente en la revista científica Philosophical Transactions of the Royal Society un interesante estudio acerca de este fenómeno.

El estudio consistió en una medición de la actividad cerebral mediante fMRI (resonancia magnética funcional), de 12 niños con déficit atencional mientras realizaban una serie de pruebas de discriminación temporal, del orden de los milisegundos y otros intervalos mayores. Los investigadores encontraron evidencias de disfunción en regiones cerebrales que son clave para el procesamiento temporal: áreas de la corteza prefrontal, la corteza cingulada, el cuerpo estriado y el cerebelo. Los niños con déficit atencional mostraron una menor activación en dichas regiones al compararlos con los controles (niños sin el síndrome); también cometieron más errores de apreciación temporal, como por ejemplo al intentar calcular la diferencia en el tiempo de aparición de unos círculos en la pantalla.

Estos problemas estarían asociados a las anormalidades que se han venido documentando como base neurofisiológica y neuroanatómica para el síndrome, ya que se ha demostrado que justamente esas áreas cerebrales tardan más en madurar en estos niños al compararlos con niños sin el síndrome, presentando un desfase de aproximadamente tres años.

Se sabe que las fallas en el procesamiento temporal, como también la impulsividad y el déficit atencional en sí, tienen como denominador común una desregulación de la señal de dopamina. Se sabe también que las regiones cerebrales mencionadas dependen, para su buen funcionamiento, de una cantidad adecuada de dopamina y noradrenalina. Por ello, los investigadores examinaron la respuesta al tratamiento farmacológico en los niños participantes con uno de los agentes más usados para el déficit atencional, el metilfenidato (ritalín). Este fármaco aumenta la disponibilidad de dopamina y noradrenalina en los circuitos cerebrales que son modulados por estas monoaminas.

El resultado fue que el metilfenidato normalizó el procesamiento temporal de los niños con déficit atencional, tornando indistinguible su ejecución de la de los niños normales en las pruebas. De acuerdo con Katya Rubia, el metilfenidato mejora la función de las áreas cerebrales que son importantes para la percepción del tiempo, de modo que este estudio demuestra que su efecto terapéutico es suficiente para normalizar la capacidad de los niños con déficit atencional.

En conclusión, las fallas en el procesamiento temporal pueden estar relacionadas con los principales síntomas del déficit atencional, al hacer que, incluso ante períodos breves de inactividad, estos niños los perciban como demasiado prolongados, aburriéndose terriblemente. Como la búsqueda de novedades y el correr riesgos aumentan la señal de dopamina, los niños hiperactivos pueden estar incurriendo en conductas impulsivas como una forma de "auto-medicarse".

Impulsiveness as a timing disturbance: neurocognitive abnormalities in attention-deficit hyperactivity disorder during temporal processes and normalization with methylphenidate

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